Un péndulo consiste en una masa suspendida de una cuerda o cadena. Encontramos péndulos de diversos materiales: madera, cristal, minerales o metal, entre otros. En cualquier tienda relacionada con la radiestesia encontraremos un amplio surtido, aunque si somos un poco mañosos podremos hacer nosotros mismos nuestro propio péndulo, con el que buscar pozos y corrientes subterráneas de agua.
Una plomada de albañil, un anillo colgando de una cadena, una esfera de madera a la que le añadimos un cordón… todos ellos serían ejemplos de péndulos válidos para iniciarse como zahorí, siempre y cuando estos estén bien equilibrados. Personalmente, y para iniciarse, recomendaríamos adquirir uno en una tienda, ya que podremos probarlos y decantarnos por el que nos resulte más cómodo. Además su precio no es prohibitivo, ya que desde unos 6 euros podemos encontrar péndulos de madera, metálicos o cuarzo. Por un poco más, desde unos 15 euros, tenemos modelos en los que existe la posibilidad de introducir un «testigo», es decir, una muestra de lo que estamos buscando, sobre todo si no es agua.
A la hora de utilizar el péndulo también tendremos en cuenta:
- Descartar los de hierro que puedan estar imantados, ya que pueden ofrecer movientos no deseados.
- Tratar de trabajar siempre con un mismo péndulo, para poder evaluar los distintos resultados.
- Si vamos a buscar agua un día ventoso será mejor utilizar un péndulo más pesado, para evitar movimientos indeseados causados por las inclemencias del tiempo.
- La mayoria de los autores recomiendan asir la cadena o cuerda con los dedos índice y pulgar, aunque hay otros que opinan que es más fiable hacerlo con el pulgar y el corazón. Desde nuestra experiencia recomendamos la primera opción.
- La longitud de la cadena o hilo puede oscilar entre los 5 y 25 centimetros, cada uno deberá buscar que longitud le ofrece mejores resultados.